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Comentario 8 – ¿La gente es buena, mala o más bien los líderes no sabemos cómo funciona nuestro personal? (Parte 4)

  • Manuel Gonzalez
  • Nov 6
  • 2 min read

Ahora nos toca hablar de nuestro personal sobresaliente. Repasando un poco, cuando medimos el desempeño de nuestro personal, comúnmente se encuentra en una distribución gaussiana o curva normal. Ya hablamos del personal que está por debajo del rango aceptable por nosotros y ahora vamos a ver al personal que está por encima del rango aceptable por nosotros.


Hay que recordar que estamos hablando de gente y, aunque muchas cosas se cumplen como predicho, no es una ciencia exacta.


Entonces, al personal sobresaliente normalmente nos lo queremos quedarnos, pero tenemos que regresar a que lo más seguro es que lo tengamos mal acomodado, y no solo dentro de nuestra empresa, sino que en muchas ocasiones nuestra empresa no le puede dar lo que necesita esa persona para que tenga una adecuada motivación y productividad. Este personal sobresaliente mal acomodado resulta que, aunque no lo estamos retando y motivando adecuadamente, no se desmotiva y eso ocasiona que sea sobresaliente.


Con esto surgen muchas preguntas, por ejemplo: ¿Cómo le hago para retener a esa gente? ¿Qué les pongo a hacer?


Muchas veces la respuesta más obvia es la equivocada. Por ejemplo, poner a tu mejor soldador como supervisor de una cuadrilla o a tu mejor vendedor como gerente de ventas suena bien, pero la mayoría de las veces falla, y ahora tenemos a la misma persona en otro lugar más mal acomodado. Cuando hacemos este tipo de movimientos del personal para compensarlos por su gran trabajo, no nos damos cuenta de que el perfil del puesto que ya tiene la persona es totalmente distinto al perfil al que queremos subirlo, y es muy probable que esa persona no tenga las habilidades para lograrlo.


Entonces, si lo más obvio puede ser un error, ¿qué hago? Una buena idea es iniciar prácticamente con un proceso de selección para esta persona, me refiero a exámenes psicométricos, entrevistas y lo que normalmente hagan. Con esto nos podemos acercar más a una posibilidad real de crecimiento para la persona y, si conviene, hacerlo. Aunque ya se lo hayamos hecho, acuérdate que con el tiempo cambian algunas cosas.


Teniendo un poco más de información y, obviamente, un puesto disponible, hay que platicar primero con la persona. Se van a sorprender, pero mucha gente está muy a gusto donde está y con lo que hace, y no conviene moverlos o, al menos por ahora, acuérdate que las necesidades cambian tanto para la persona y su familia como para nuestra empresa.


En ocasiones conviene dejarlos en el mismo puesto, pero con mayores incentivos o sueldo o bonos, lo que se les ocurra. Puedes acabar con un vendedor que gana mucho pero también vende mucho, y eso no es malo, aunque parezca.

Resulta que no es una situación tan sencilla como la imaginamos, y en el mejor de los casos la persona no se mueve de donde lo tenemos y queda el riesgo de que otra empresa venga y le ofrezca algo que nosotros no le podemos ofrecer. Así es la vida.


Manuel González


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